Arrullos polvorientos.


Los susurros de una tierna melodía me rodean.
Recuerdos de los arrullos de una infancia.
Recuerdos de mil vidas pasadas.

Sentir como te mecen entre golpes de viento.
Recuerdos de noches difíciles.
Recuerdos de momentos tensos.

Sentir ese abrazo tan fuerte.
Sentir ese beso en la cabeza.
Sentir el ligero balanceo que te sume en un sueño.

Recuerdos de una infancia rodeada de cariño.

Música.


Hace que mi corazón lata al ritmo de sus tensiones.
Hace que mis músculos se muevan sin que mi mente llegue a pensarlo.
Hace que mis labios sonrían.
Hace que mis ojos se abran hacia lo desconocido.

Hace que el humo de mis labios tenga algún sentido.
Hace que el liquido elemento que pasa por mi garganta sea una realidad.
Hace que el olor de esos besos se convierta en rápidos aleteos de colibrí.
Hace que las saladas aguas se conviertan en mares.

Hace que mi sol brille como nunca.
Hace que la lluvia repiquetee cual fiel tambor.
Hace que mi  viva muerte tenga sentido.
Hace que estés a mi lado sin que puedas estarlo.

Hace milagros

Hace arte.

Abandónate.

Un buitre acecha mi cuerpo inerte pero aun con vida.
Fríos tragos de un estrato de pétalos de margarita.
Fina arena del desierto acaricia mis mejillas.
Calientes rallos me hacen entornar los ojos.
Yerto campo de blancas perlas.

Horizontes cálidos.

Mírame.

Callaste mis palabras
Sonreíste mis sonrisas

Me hiciste verme a mi misma
Reflejaste mis esfuerzos

Miraste mis ojos tristes y alegres
Miraste mis labios preocupados y los hiciste sonreír

Labios quietos               Se mueven sus labios
Miradas cruzadas              Sus ojos los siguen
Silencios muertos            Conversan sin miedo
Mejillas empapadas                Lloran sin penas

Prosiguen caminos angostos
No importa.
Solo se miran.

Abrazos con fuerza.

No puedo evitarlo, 
cuando escucho el nombre de ese lugar, 
solo aparecen los mil recuerdos que me unían a ella.
No puedo evitarlo, 
cuando miro al cielo y veo un puñadito de luces blancas, 
solo puedo pensar en esas lindas noches en vela.
No puedo evitarlo, 
cada vez que me turba una idea, 
pienso que ojala estuviera a mi lado.

Me encanta pisar la luna y veros allí esperándome con los brazos abiertos.


El cielo sera una anarquía y la luna nuestra comuna.