Están aquí.


Sin boca
hablan.

Sin ojos 
miran.

Con oídos
no me escuchan.

Con odio 
juzgan.

Sonaron tristes.




No te ha parecido que hoy sonaban las campanas más tristes apagadas, pausadas.
No te pareció que hoy las campanas fueron tocadas por un alma triste y desdichada.
No te pareció que hoy las campanas tenían un eco sonoro y lejano.


Tímido sonido que una vez, avergonzado entre las luces y sombras de una vela te mira y sonríe.