Retales de un ser bohemio

Bajo las losas de un pensamiento edificado, 
se esconde un bicho que algún día se encontraba desamparado. 
Huele a retales de un ser bohemio que aún no consigue adaptarse a su tiempo. 
Entre sus manos se escapaban versos que revelaban algo que ya no tiene nada de misterioso.

Eramos raros pero siempre buenos 
y, cuando, aún era capaz de escribir frío él se ponía tierno, 
sigue sin importarme el cuerpo porque no es más que un muro que nos han impuesto. 
Las melodías de pasos blancos y negros siguen consolando la ausencia de mi muerte 
y, ahora nunca me bajo de la brisa porque el sol ya nunca más se quiere ir.

Fuimos reflejos en nuestros propios espejos, 
copias totalmente desiguales que,
afortunadamente encontramos sin buscar. 

Y sin buscar excusas para un final, al final, las encontramos.






1 comentario:

  1. Llegué de casualidad y estuve dando unas vueltas. "Eramos raros, pero siempre buenos". Supongo que esa "traducción" refleja algo cierto. Al menos queda esa impresión.

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